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Sonrisa de cuarto creciente que señala el firmamento titilar. Con ojos desorbitados que arrancan a los astros de sus senderos habituales, que miran con la suficiencia de conocer algo que los demás ignoran, disfrutando de su privilegio.
Caracol es una palabra redonda que da vueltas sobre sí misma y no para hasta marearse. Es una palabra de lluvia y de sol. Es una palabra de trigo maduro y de hierba verde. De verano y de otoño, de primavera e invierno. Acompaña a las botas de agua cuando salen a pasear, y le gusta vestirse de frío y de calor.Es una palabra para jugar. Decirla una y otra vez, y otra, y otra, y otra…Pero es también una palabra para llorar. Es una lágrima que resbala por mi mejilla dejando mi cara pegajosa hasta la barbilla.